Investigadores de la Universidad de California en Irvine han apuntado un dato esperanzador: la vacuna contra el alzhéimer podría estar lista para ser probada en humanos en solo dos años y, si todo marcha bien, podría convertirse en el gran avance médico de la próxima década.

7,5 millones de diagnósticos nuevos de alzhéimer cada año

El alzhéimer es una enfermedad neurodegenerativa que se manifiesta a través de un deterioro cognitivo y de trastornos conductuales. El número de enfermos sigue aumentando año tras año, especialmente en los países occidentales. Cuenta con 7,5 millones de diagnósticos nuevos cada año. Detenerla se ha convertido en una prioridad para los investigadores.

Los científicos desarrollaron un tratamiento que ha eliminado con éxito la acumulación de proteínas amiloides tau en el cerebro de los ratones genéticamente modificados. Se cree que estas placas son las responsables de desencadenar la neurodegeneración y, en última instancia, el deterioro cognitivo tan característico de la enfermedad, han apuntado estos investigadores.

Combinación de tratamientos

La vacuna, desarrollada por Nikolai Petrovsky, endocrinólogo de la Universidad de Flinders en Australia, junto con su equipo de científicos, ya ha llevado a cabo sus experimentos con roedores. Han combinado dos tratamientos previos, denominadas AV-1959R AV-1980R, respectivamente, diseñados para reducir los grupos de proteínas amiloides tau de forma específica.

Tras muchos fracasos con ensayos clínicos anteriores, esta nueva línea de investigación parecer ser la forma más eficaz de tratar la demencia, por lo que la futura vacuna se dirigiría de forma específica hacia las proteínas beta-amiloide y proteínas tau, que se acumulan en grandes cantidades en el cerebro de los enfermos y son las principales responsables de la enfermedad.

Las pruebas con humanos podrían comenzar en los próximos 18 a 24 meses

Asimismo, estudios recientes señalan que la vacuna previene la acumulación de estas proteínas y elimina las que ya existen en el cerebro de los pacientes. Sus progresos evidencian que podría prevenir e incluso revertir otras enfermedades neurodegenerativas como el párkinson, el kuru o la enfermedad de Huntington.

Petrovsky ha explicado que “esencialmente lo que ocurre en las personas que contraen la enfermedad de Alzheimer o la demencia es que tienen una gran cantidad de estas proteínas desglosadas en el cerebro”.

«Es un momento emocionante para comenzar la nueva década»

«Este estudio sugiere que podemos vacunar a los pacientes en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer o incluso a personas saludables en riesgo, usando nuestra vacuna anti-beta-amiloide y, si la enfermedad progresa, entonces vacunar con otra contra vacuna -tau para aumentar la eficacia”, ha desvelado el endocrinólogo.

Este equipo de investigadores ha reconocido que «es un momento emocionante para comenzar la nueva década; con suerte, este es el avance de la próxima década si podemos lograr que funcione en los ensayos en humanos«. Todo apunta a quelas pruebas con humanos podrían comenzar en los próximos 18 a 24 meses.

Afecta a más de 40 millones de personas en el mundo

Esta enfermedad afecta a más de 40 millones de personas en el mundo. En España, según los datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN), actualmente la padecen unos1,2 millones de personas y es, además, el tipo de demencia neurodegenerativa más común.

A estas cifras habría que añadir los casos sin diagnosticar entre la población española, que se situarían entre el 30 y el 40 % de la población española, según las estimaciones de la Sociedad Española de Neurología (SEN).

Otros factores que afectan son el tabaquismo, la obesidad o el sedentarismo

Asimismo, uno de cada cuatro hogares españoles se ve afectado por un familiar conesta enfermedad, según el estudio El cuidador en España. Contexto actual y perspectivas de futuro. Propuestas de intervención realizado por la Confederación Española de Alzheimer (Ceafa) y la Fundación Sanitas.

Aunque la edad es el marcador de riesgo más importante para desarrollar el alzhéimer, también afecta otros indicadores como la hipertensión arterial, la hipercolesterolemia, la obesidad, el sedentarismo, el tabaquismo, la diabetes o el haber sufrido traumatismos craneoencefálicos.